domingo, 30 de agosto de 2009

Palabras al cierre (del semestre más largo del que tenga memoria)

Dudé mucho sobre el título que debía llevar esta entrada. Sobre todo después de la anterior que publiqué, que en verdad me avergüenza, pero que a pesar de eso no borraré. Además, no quería usar el cliché de "palabras al cierre", no sólo porque inmediatamente hace evocar al cura Hasbún, sino también porque da la sensación que lo que se leerá es algún discurso rimbombante respecto de algo que se termina, siendo que ni es un discurso ni nada se termina; cuando, mucho, un pequeño status quo que, si efectivamente fue, termina a más tardar este martes.

Pero bueno, es lo que hay, como ha sido todo este semestre, un permanente encogerse de hombros y seguir adelante, sin justificarse, pues todo cuanto ha sucedido es injustificable, y todo cuanto se diga no será una respuesta razonable para una persona racional, ni para la familia, ni para un comité de ética, pero sí para tí, como dijo House en una situación remotamente emparentada.

La Tata que ya no está, la "Toma", mi papá y la pelea constante conmigo mismo para no ser como él, la gripe porcina, de nuevo un hombre mayor que yo en la casa, las exigencias académicas, la Lala enferma aunque no lo reconozca, los hasta ahora vanos esfuerzos por empezar de nuevo en todo aquello que no puede corregirse sin destruirse... demasiado para graficarlo con palabras sin quedarse corto, y sin embargo necesito dejar constancia aunque en una mínima dimensión, que todo esto ocurrió.

Para todos aquellos que comprenden el significado de esta frase de House en mi vida, y la respuesta les sea mínimamente entendible o razonable, muchas, infinitas gracias, porque han sido el soporte que en los momentos más difíciles me ha mantenido atado a la tierra. Muchas gracias Javi, Maqui, Foncho, Darío, Gerardo, Lauri Fernández, Lauri Jorquera, Jesús, Cony, Susy, Feña Aramayo, Diego, Marco Correa, Marco Cifuentes, Carlos, Silvia (ambos juntos y cada uno por sí solo), David, Karina, Víctor, Amanda, Vito, Feña Urzúa, Esteban, Jano, Gabriel, Óscar y Gabriela.

Gracias también Estefi y Katha por perdonarme el que haya desaparecido.

Gracias también a quien llegó a mi vida en el momento más tormentoso con un signo de interrogación gigantesco que perdura hasta hoy, aunque creo que nunca leerá esto.

Agradecimiento especial también para el Leo, que sabe como nadie lo terrible que es tener que vivir conmigo y para quien este debe ser lejos el año más complicado de los dieciséis que ha tenido que soportarme, con el contagio de gripe porcina incluida.

Por ahora no puedo pensar en nada. Life goes on... and here we are.

lunes, 3 de agosto de 2009

Desgobierno interno depresivo

Hoy salí tan bajoneado de laS pruebaS de Administrativo que decidí irme caminando desde la Facultad hasta Pedro de Valdivia para tratar de despejarme. La sensación de desaliento, la rabia, conmigo mismo y con todo, el sentirse absolutamente imbécil han sido tan fuertes, que he estado todo el día al arbitrio de necesidades que me tienen aún sentado frente al computador sin haber leído una línea de laboral para mañana (primer examen):

Sentí la necesidad de escuchar el adagio de Albinoni y me fui silbando y tarareándolo todo el camino, por el parquecito del lado norte del Mapocho, y por el Parque Balmaceda después. Cuando llegué a mi casa lo puse a todo chancho.

Sentí la necesidad de dormir y no supe nada en toda la tarde.

Sentí la necesidad de pelear con mi hermano, y para variar, él me dio en el gusto.

Sentí recién la necesidad de comer algo dulce y descubrí que Miguel había comprado un paquete grande de manjar y ya he comido cuatro cucharadas.

Sentí la necesidad de hacer cualquier cosa menos estudiar laboral y llegué a un blog que había encontrado el verano pasado, y que tenía un link con canciones de una cantante que no conocía en Youtube y que llevo casi cuatro horas escuchando.

Sentí también la necesidad de volver escribir en este blog. Y por primera vez en muchos meses logro que salgan algunas líneas más o menos coherentes.


Corolario:
Michael me dijo hoy "que eres rudo, huevón, cómo das tres pruebas seguidas". Y sí, en verdad debe ser rudo sacarse tres rojos feos en menos de dos horas. Puedo despedirme de Acciones con Verdugo y Económico con Morales el próximo semestre, porque sólo un milagro me salvará de echarme Administrativo.